La temperatura es básicamente el nivel de conocimiento que tiene el público al que te estás dirigiendo acerca de quién sos y qué hacés. Por eso es importante tenerla en cuenta y diseñar distintas estrategias a través de embudos de venta para cada público.
Público frío
En principio, el público frío es aquel que jamás escuchó hablar de vos. Es posible que responda a todas las características de tu cliente ideal y eso lo convierte en un muy buen prospecto. Pero nunca escuchó tu nombre. Esto se aplicaría, por ejemplo, a públicos que elegiste por una combinación de intereses y datos demográficos (segmentación) o a públicos a los que llegaste por su afinidad con tus clientes y seguidores (públicos similares). Lo mejor para llegar a este público es a través de contenidos de valor, principalmente (pero no exclusivamente) educativo.
Público tibio
Ahora, el público tibio ya te conoce, pero todavía no está listo para comprarte. Vio algún video tuyo, suele encontrarse con tus anuncios, puede ser que haya visitado tu página. Si le dicen tu nombre lo reconoce vagamente. Pero no le pidas plata porque (todavía) no te la va a dar. Lo podés encontrar entre likes, comentarios e interacciones varias. Las publicaciones de branding que fijen cada vez más tu marca en su inconsciente y las campañas de email marketing lo van a ir poniendo a punto para la próxima etapa del embudo.

Público caliente
El público caliente ya confía en vos y está listo para comprarte, o incluso ya te compró. Lo encontrás en tu base de clientes y entre quienes ya tienen cierto trabajo realizado a través de redes e email. Confía plenamente en tu expertise y en cuanto le hagas una oferta te va a comprar. Consejo: estate muy atento. No lo arrebates, pero tampoco lo dejes estar. Y sumalo a tu comunidad. Ese es el cliente fiel que te va a acompañar y recomendar. Cuidalo.